jueves, 22 de noviembre de 2012

La fiesta de los libros llega a Guadalajara

Édgar Velasco / El Economista

Cientos de manos se afanan en las instalaciones de Expo Guadalajara. Hombres y mujeres van y vienen por el centro de convenciones. Las cajas van, se amontonan, se abren. Los libros comienzan a apilarse. Se acomodan en columnas, en estantes.

Cientos de manos se afanan para tener todo listo y que comiencen nueve días de fiesta: mañana arranca la edición número 26 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que es considerado el encuentro librero más importante del mundo de habla hispana y que este año tendrá, por segunda vez, a Chile como país invitado de honor.

Las expectativas para la primera jornada de la FIL de Guadalajara están centradas, como siempre, en la ceremonia inaugural.

La tradición dictaba que la apertura de la feria era el marco perfecto para homenajear al ganador del Premio FIL en Lenguas Romances —antes Premio Rulfo— pero este año el script cambió: luego de la polémica elección de Alfredo Bryce Echenique como ganador del Premio FIL, por primera vez desde que se otorga el galardón éste no asistirá a la ceremonia de inauguración. Mucha tinta ha corrido sobre la designación del escritor peruano, sobre quien pesan acusaciones de plagio, por lo que se optó por entregarle el premio a domicilio en un intento por tener una ceremonia inaugural lo más tersa posible.

Pero la ausencia de Bryce parece no importar tanto a la FIL que, a cambio, presume algunos de sus números: para su edición número 26 se espera la participación de cerca de 500 escritores, procedentes de 28 países del mundo, que acudirán a la cita anual entre escritores y lectores.

Como ya viene siendo costumbre, este año la Feria de Guadalajara arranca en un contexto de crisis económica, un tema importante si se considera que a la feria llegan muchas editoriales procedentes de España, que ha dado mucho de qué hablar por sus problemas financieros.

En ese sentido, Nubia Macías, directora general de la FIL, explica que si bien España está pasando por una crisis, “los españoles han hecho mucho camino y un gran trabajo para que el mercado Latinoamericano sea atractivo para sus exportaciones, para hacer coediciones, colaborar con otras editoriales”.

Con ese antecedente como punto de partida, Macías explica que la FIL representa una plataforma importante para los editores españoles, que pueden “amarrar negocios, dar continuidad a los que ya tienen y abrir nuevas ventas. En ese sentido, es alto el número de españoles que vienen”. Y en ese “alto número”, abunda la directora de la feria, no sólo se encuentran editores, sino también escritores de trayectoria y, gracias al apoyo de la Embajada española, también jóvenes narradores.

Otro tema que ya se ha vuelto recurrente en Guadalajara es el del libro electrónico. Cada vez son más las editoriales que se suman a este cambio tecnológico, y también siguen escuchándose voces críticas al respecto. Y también en eso la FIL ha tomado cartas en el asunto.

Nubia Macías explica que tienen más de seis años trabajando en diferentes proyectos para que la gente se sume a la dinámica digital, abordando cuestiones de producción, comercialización y mercadotecnia. “Lo que hemos buscado es dar elementos y herramientas a los editores para que tomen su decisión. Para nosotros ha sido importante trabajar el tema del mercado de derechos, ya que a muchos les da miedo, les preocupa”.

La FIL también se quiere sumar a la oferta del libro electrónico y contará con la presencia de distribuidores importantes como, por ejemplo, Amazon. La cosa, dice Macías, es seguir abriendo canales y espacios para el libro electrónico.

En lo que tiene que ver con el invitado de honor, la delegación chilena no podrá contar con la presencia de Nicanor Parra.

A cambio, estará integrada por un contingente de autores que incluye nombres como Raúl Zurita y Pedro Lemebel entre muchos otros.

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