Entérate: La huelga fue convocada por los dos mayores sindicatos y puso a prueba el estado de ánimo del país.
Una huelga general de 24 horas reavivó de nuevo el escenario de conflictividad en Grecia. Y siguió un patrón familiar. Los griegos se mantuvieron fuera de las calles durante el calor del verano, pero reanudaron sus protestas ahora que empezó el otoño boreal.
Esta huelga fue considerada importante porque es la primera desde que el primer ministro conservador, Antonis Samaras, asumió el poder en junio.
Fue convocada por los dos mayores sindicatos y puso a prueba el estado de ánimo del país. Unos 3.000 policías tuvieron que ser desplegados.
La huelga fue contra las nuevas medidas de austeridad que se están planificando. El gobierno tiene que hallar al menos US$14.500 millones de ahorro en los próximos dos años.
La expectativa es que, una vez más, los salarios del sector público y las pensiones se reducirán. La edad de jubilación podría aumentar a 67.
Sin esos fondos, el país se enfrenta la bancarrota.
Alto riesgo
Las negociaciones se han vuelto cada vez más tensas. Unos 2.570 millones de euros de los recortes propuestos por el gobierno fueron descartados por la troika por ser poco convincentes. Hay informes de una disputa entre el gobierno y el FMI, que está adquiriendo cada vez más una línea dura.
Fue la primera huelga en Grecia desde que el primer ministro conservador, Antonis Samaras, asumió el poder en junio.
Un informe tiene al ministro de Finanzas griego, Yannis Stournaras, preguntando al FMI: "¿Quieren derrocar al gobierno?".
Todas las partes están bajo presión. La coalición de gobierno encabezada por Samaras es frágil. Si colapsase ante una reacción pública, eso podría allanar la vía hacia nuevas elecciones. El probable vencedor sería el partido de izquierda Syriza, que ha prometido romper con el acuerdo de rescate por completo.
El FMI también está jugando en contra de sus propias reglas. No puede seguir haciendo préstamos a un país que se considera incapaz de alcanzar sus objetivos. La jefa del FMI, Christine Lagarde, ha advertido a Grecia de que todavía existe una "brecha financiera".
El FMI está enfrentando críticas por prestar más y más dinero a un riesgo cada vez mayor.
La troika ha suspendido sus sesiones por unos días para ver si las cosas se enfrían. Su informe, previsto para octubre, determinará si Grecia recibe más dinero.
Durante el verano, la canciller alemana y el presidente francés señalaron contundentemente que querían que Grecia se quedara en el euro. Se consideraron los riesgos de una salida como demasiado grandes.
¿Pero que pasa si los griegos dicen que no están dispuestos a aceptar más austeridad?
Una encuesta en Grecia halló que 90% cree que los últimos recortes fueron "injustos". Eso sugiere que la implementación de cualquier programa acordado será tan difícil como antes. Eso pondrá los líderes europeos en la posición de decidir si va a respaldar una estrategia que, es casi seguro, fracasará.
Una observación final: Grecia se ha visto su economía contraerse en 20% en cinco años. En 2013 esa cifra habrá aumentado a 25%. Esas son cifras, como ha dicho el primer ministro griego, asociadas con la Gran Depresión.
Fuente: Gavin Hewitt BBC
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